Marqués de Cáceres Crianza: recuperar la historia para perdurar en la memoria

Marqués de Cáceres Crianza: recuperar la historia para perdurar en la memoria

Marqués de Cáceres ha llevado a cabo una actualización de su producto icono, Marqués de Cáceres Crianza, para mantener viva su reputación y defender su identidad y carácter histórico.

Silvia Resola
Silvia Resola

Con una larga experiencia de al menos cinco generaciones, Marqués de Cáceres es el resultado de una alianza histórica entre una familia emprendedora dedicada al mundo del vino y los mejores terroirs y viñedos de la Rioja Alta. A lo largo de sus más de 45 años de existencia, la marca ha conseguido cimentar su reputación de gran vino, avalada por su presencia en más de 130 países.

Marqués de Cáceres es una de las primeras marcas españolas impulsoras del marquesado, que tiene su origen en el siglo XVIII y fue otorgado por el Rey de España al Capitán de la Real Armada Española, Don Juan Ambrosio García de Cáceres y Montemayor, en agradecimiento por sus sobresalientes servicios a la Corona en la Guerra del Reino de las Dos Sicilias. A día de hoy, el actual Marqués de Cáceres, D. Juan Noguera, continúa unido a la Bodega.

Recuperar la historia no es volver atrás, sino crecer de forma paralela cada vez con más fuerza e intensidad. Por ello, volver al punto de partida es enorgullecerse de las raíces que nutren su esencia y motivan a seguir creciendo en una continua exigencia. Esa es la máxima de Marqués de Cáceres, que ha llevado a cabo una actualización de su producto icono, Marqués de Cáceres Crianza, para mantener viva su reputación y extenderla aún más.

Marqués de Cáceres Crianza se mantiene vivo para desenvolverse en un mercado internacional en permanente actividad sin dejar de defender, al mismo tiempo, su identidad y su marcado carácter histórico, valores representados, por un lado, en el diseño de la etiqueta y el escudo, y por otro, en la parte textual, con la grafía de Marqués de Cáceres.

Sin renunciar a su herencia, Marqués de Cáceres Crianza potencia estos elementos como partes íntegras de la marca, con su nuevo escudo redibujado, su nuevo logotipo y unos acabados de papeles y grabados más elegantes. Para ello se recuperaron estas esencias históricas con el fin de situarlas en la forma octogonal habitual y en el icónico color granate. Un arduo trabajo cosmético de primer nivel que ofrece un aspecto limpio y estiloso, que respira honestidad y representa fielmente la identidad de la marca y la historia de sus grandes vinos.

Porque su nueva imagen es su memoria, el nuevo diseño de Marqués de Cáceres Crianza representa su objetivo fundamental: la ambición por estar en continua evolución, ajenos a las modas pasajeras y enfocados en ofrecer al consumidor un vino para disfrutar y compartir a lo largo de varias generaciones.